En este efímero cruce de saludos, he encontrado un eco de deseo que me lleva a confesarte algo más profundo. La simpleza de nuestros encuentros me deja con la inquietud de conocerte más, de explorar las páginas de tu historia que aún me son desconocidas.
La danza del destino nos ha concedido solo destellos de conexión, pero anhelo más. Más que un saludo casual, deseo descubrir la sinfonía que compone tu ser, leer las líneas de tu alma detrás de esa sonrisa tan cautivadora.
El tiempo parece resistirse a entregarnos la oportunidad de profundizar, pero ¿acaso no hay belleza en desear lo que aún no se ha manifestado? Cada encuentro breve aviva la llama de la curiosidad, y yo estoy dispuesto a sumergirme en la intriga que eres.