Solo aquellos que supuestamente lo tienen todo, saben que hay un precio que pagar, en ocasiones la soledad…

Lo tengo todo excepto a ti

«Lo tengo todo excepto a ti»

En este viaje llamado vida, he construido un mundo lleno de experiencias, risas y logros. Pero al explorar el paisaje de mis días, me doy cuenta de que hay algo esencial que falta en mi historia: tú.

No se trata de completar un rompecabezas, sino de descubrir una conexión única, una sinfonía que aún no he encontrado. Entre todas las cosas que poseo, tu ausencia se destaca como un espacio esperando ser llenado.

Quisiera compartir risas, charlas y complicidades contigo, porque en cada rincón de mi existencia, siento que hay un capítulo destinado para nosotros. Así que, en medio de mis logros y aventuras, la pieza que falta eres tú, la chispa que transforma lo ordinario en extraordinario.

Sin embargo, en medio de esta riqueza y plenitud, hay un espacio designado, un lugar especial que aguarda tu presencia. En cada latido, en cada suspiro, puedo sentir la melodía de tu ausencia, una armonía que solo encontraría sentido contigo a mi lado.

“En el caleidoscopio de la vida, cada logro y experiencia brilla con intensidad, pero es en la ausencia de tu presencia donde descubro el espacio reservado para el amor que aún no he vivido contigo.”

En este aparente reino de opulencia, descubro que, al poseer todo materialmente, el tributo inevitable se revela como la soledad. Aunque estoy rodeado de lujos, la falta de conexiones genuinas puede teñir mi vida con un matiz melancólico. Paradójicamente, me encuentro siendo verdaderamente pobre, ya que mi riqueza se mide en el amor auténtico, algo que el dinero no puede comprar. En este contraste, entiendo que la verdadera fortuna reside en las relaciones profundas y significativas que trascienden la superficialidad de la riqueza material.

Este es un recordatorio de que, a pesar de las apariencias, el amor genuino sigue siendo la joya más preciada en la corona de mi vida.